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Historia
UN MILAGRO DE DIOS
HISTORIA DE LA IGLESIA BAUTISTA DE GLENVIEW
Esta es la narración de los cuarenta y cinco años de historia de la Iglesia Bautista de Glenview, fundada en 1976, con ocho miembros, un capital de $300.00 y mucha fe. El otro ingrediente que tenía este sueño era el total desconocimiento de los asuntos de administración de iglesias. Nuestro misionero el Dr. Donald T. Moore, nos había dejado, respondiendo a un llamado para dirigir el Seminario Bautista, y el grupo, escogió a nuestro hermano René Pereira como encargado o pastor laico. Para este tiempo, nuestro amado Pastor era catedrático asociado de la Universidad Católica y director del Departamento de Biología, sin embargo, estas cosas tienen poco valor en el campo espiritual. Veamos cómo él mismo narra ese momento:
“Cuando el grupo expresó su deseo de que me hiciese cargo de la pequeña misión, sentí pánico. Apenas era un recién convertido, mi propia conciencia me acusaba de una vida superficial y mi entrenamiento era científico y no religioso. Todavía no entendía que Dios llama a quien quiere y se especializa en glorificarse precisamente en aquellos que son incapaces en sus propios méritos, de esa manera la gloria tiene que ser dada a Dios y no al hombre. Aún así acepté la encomienda, más pronto descubrí que no es lo mismo enseñar microbiología (era lo que enseñaba en la universidad) que predicar la Palabra de Dios. No tardé en descubrir que era un fracaso como pastor y predicador. La iglesia no crecía, nadie se convertía, todo era un fracaso. Mi próximo paso fue presentar mi renuncia al misionero regional, hermano Hiram Duffer, quien sabiamente me dijo: “no renuncies ahora cuando verdaderamente te estás haciendo pastor”. De esto aprendí mi primera y gran lección: el evangelio no se predica en el intelecto, sino en el poder del Espíritu Santo. Aún en esto Dios no comparte su gloria con nadie. La humillación del fracaso me llevó, como a Pablo, a considerar todos mis conocimientos humanos como “basura” con tal de ganar a Jesucristo. Si hubiese crecido la obra con mi actitud de suficiencia, podría sentir ahora orgullo, pero como no creció hasta que Dios me mostró mi insuficiencia, mi sentimiento es de asombro y reverencia hacia Aquél que merece toda la gloria y toda la honra.”
Después de leer estas expresiones de nuestro pastor, continuamos con la narración de este milagro de Dios.
Fue en el año 1977 que la iglesia empezó a crecer a tal punto que, en 1978 llamamos a nuestro pastor al ministerio completo. A veces en un año teníamos que mover el lugar de predicación dos o tres veces en el patio de la casa que ocupábamos para poder acomodar más gente. El Señor movía a la gente al arrepentimiento aún en los mensajes más sencillos. Como si esto fuera poco, Dios empezó a mostrar su poder por medio de sanidades milagrosas, leucemia, esquizofrenia, supuestamente incurables, adictos que dejaban el vicio sin sentir síntomas de abstinencia de las drogas y mucho más. La gran revelación de ese tiempo para nuestra iglesia fue que Dios es el mismo por todos los siglos y que Él todavía hace milagros y da dones a los hombres.
Para 1980 ya era obvio que necesitábamos un nuevo templo, ya que la capacidad del provisional, prácticamente al aire libre se nos terminaba. Es bueno señalar que las incomodidades que tenían que soportar las personas eran muy grandes. Si llovía, chorros de agua le bajaban al techo de aluminio por diferentes lugares, en ciertos lugares daba sol en domingo, ya que no teníamos paredes; dos “salones de clase” eran bajo los árboles. ¿Cómo la gente seguía viniendo y convirtiéndose? Nuestra iglesia es un milagro de Dios.
Fue para 1980 que empezamos a gestionar los permisos para construir un nuevo templo. En 1981 empezamos la construcción con $4,000 dólares para una obra de $150,000 (incluyendo el valor de la propiedad) y con unas instrucciones muy extrañas de parte de Dios. Entendimos que para construir este templo no podíamos pedir, ni vender, ni hacer actividades para recaudar fondos, tenía que ser de lo que pudiesen aportar los hermanos. Al decir esto no estamos condenando a nadie que haga esas actividades. Estamos hablando de nuestra revelación, no de la suya. ¡Qué momentos más gloriosos vivió nuestra iglesia! Los hermanos vendían sus prendas, incluyendo anillos de matrimonio, los pudientes daban en su medida y los pobres en la suya (y muchas veces más de su medida). A parte de eso, la tarea de construcción era realizada mayormente por hermanos. El hermano Eugenio Rivera y hermano Ramón Hernández, ambos jubilados del gobierno, se dieron a la tarea de trabajar diariamente, pero a veces hubo 15 ó 20 hermanos trabajando simultáneamente. ¿De dónde aparecía el dinero? Todavía no lo sabemos. Sólo sabemos que la obra no se detuvo ni un solo día por falta de fondos, y más maravilloso aún, no se suspendió un solo culto.
Algunas veces Dios mostraba su amor hacia nosotros de manera especial mostrándonos una puerta abierta. Recuerdo una vez en que agotados los fondos, nuestro pastor oraba en intercesión delante de Dios. El problema consistía en comprar unas vigas que costaban gran cantidad de dinero. El pastor sintió que Dios tenía dirección para él en las Escrituras y abrió la Biblia en 2da. de Reyes, capítulo 6, donde dice: “Los hijos de los profetas dijeron a Eliseo: He aquí el lugar en que moramos contigo nos es estrecho. Vamos ahora al Jordán y tomemos de allí cada uno una viga y hagamos allí lugar en que habitemos y él dijo: Andad”.
Ante este pasaje sentimos que Dios sabía que teníamos maneras de conseguir ese dinero. Los hermanos hicieron un esfuerzo adicional y apareció el dinero. Tanto movió el Señor a los hermanos que uno solo de ellos donó a la iglesia $12,500 en un año. Sin embargo, el problema no terminaba ahí, ahora no teníamos el dinero para pagar el montaje de las vigas de acero, ni el equipo, ni el conocimiento para hacerlo nosotros. Pero Dios sabe todas las cosas. En esos momentos un hermano a quien apenas conocía, miembro de la Iglesia Metodista de la Villa oraba en su casa. Este hermano asiduo oyente del programa “Camino a Canaán” que transmitía nuestro pastor, sintió que Dios le señalaba que había problemas en la Iglesia Bautista de Glenview. El hermano Pancho, como le conocen todos, se llegó a nuestra iglesia expresando lo que había acontecido. Cuando le explicamos el problema con el montaje de las vigas, rápidamente contestó “mi trabajo es con estructuras de acero y les voy a montar las vigas poniendo la maquinaria y libre de todo costo”. ¡Dios es milagroso!
¿Qué sucedió después de esto? Primero, el templo se terminó en 1983. Segundo, después adquirimos las dos propiedades adyacentes a la iglesia. Además, alquilamos con opción a compra un local en la calle Cruz esquina Campos. Allí levantamos una misión y además una oficina para ayudar a alcohólicos y adictos. Esta misión se convirtió en lo que hoy es la Iglesia Bethel en la calle Vives. También tuvimos una misión en el barrio Magas de Juana Díaz. Oramos para conseguir nuevas facilidades ya que los más de 400 miembros no cabíamos.
En 1986 compramos una vieja fábrica de muebles y comenzamos a remodelarla. Para enero de 1987 nos mudamos a la nueva facilidad. Éramos como 450 miembros para ese tiempo. En los próximos cinco años (1987-1992), crecimos a 800 miembros. En ese transcurso comenzamos una misión en Peñuelas. Esa iglesia adquirió 2-1/2 cuerdas de terreno y un edificio donde actualmente se congregan. Para 1992 abrimos otra obra en el pueblo de Humacao. Hoy es la Iglesia Bautista Monte Sión. También para este tiempo comenzamos el Ministerio de Células. En 1996 comenzamos una misión en el pueblo de Yauco. Hoy es la Iglesia Bautista La Gracia con cinco cuerdas de terreno, un bello templo y sobre 200 miembros. Para ese tiempo (1996) ya éramos 1,100 miembros y se comenzó un ministerio de matrimonios adquiriendo una propiedad en el Barrio Maragüez de 28 cuerdas donde se construyó el precioso Centro de Retiros La Gloria. En 1997 se comienza la misión de Juana Díaz que es hoy la Iglesia Bautista de Restauración Familiar.
Es por esa fecha que comenzamos un agresivo ministerio de apoyo a misiones en el extranjero que nos ha llevado a sostener 388 misioneros (casi todos en la ventana 10/40) impactando alrededor de 40 países alrededor del mundo. En ese tiempo se ha comprado y donado un terreno para un instituto bíblico en la China Comunista, otro en la India, Bangladesh y otro en Haití. También construimos tres templos en Ucrania y tres en Rusia y ayudamos en la construcción de un centro para entrenar líderes, pastores y misioneros en la República de Georgia. En un momento dado, cerca del 40% de los ingresos de la iglesia fueron destinados a misiones y ministerios de compasión. También ayudamos a sostener comedores para niños pobres en Costa Rica y Argentina. Uno de los ministerio locales, nuestra cafetería Corazón Misionero, además de sostener 42 misioneros, destina el 100% de su ganancia a la obra misionera.
En el año 2000 comenzamos a organizar lo que llamamos el Ministerio para Personas en Crisis. Cientos de personas son atendidas y ayudadas en diferentes situaciones emocionales, económicas, de adicciones, etc. Ya para el año 2000 éramos 1,500 miembros. Entre el año 2000 y 2005 comenzamos el Ministerio de Estudios Bíblicos en el Hogar (para inconversos) y también comenzamos a grabar nuestros cultos para pasarlos en dos canales de televisión, comenzando así el ministerio de TV-Misión. En este momento tenemos tres cultos en domingo ya que somos 3,000 miembros y no podemos acomodar a la gente en uno o dos cultos. Es bueno señalar que en el 2004 comenzamos un grupo de apoyo para personas en estado depresivo y en otras crisis de tipo psicológico y emocional, el Ministerio Sanando el Corazón Herido. Para el año 2008 comenzamos, de manera formal, los ministerios de Capellanía Carcelaria y Hospitalaria. Son muchos los ministerios que el Señor nos ha permitido levantar por su gracia, para ver los que están activos al día de hoy puede ir a la sección de Ministerios.
“Sería un tonto en gloriarme de esta obra. Me he equivocado tantas veces y veo tanta imperfección en mi vida, que no puedo menos que inclinarme delante de Aquél que hace todas las cosas. La obra ha crecido no por mí sino a pesar mío. A veces me he preguntado por qué Dios parece tener su mano sobre nuestra congregación de manera tan especial. La única explicación está en su inmensa gracia. He descubierto que a veces es mejor amar y servir a Dios que tratar de entenderlo. Sólo sé una cosa, “nuestra iglesia es un milagro de Dios”.
Para terminar, alabamos a Dios por tantos hermanos que sirven al Señor en diferentes ministerios de nuestra iglesia. ¿Cómo envía Dios a las personas con los talentos precisos? Tampoco lo sabemos, pero según surge la necesidad, Dios ha enviado al hermano que puede cumplir la tarea de manera perfecta.
¡Gracias a Dios por esos hermanos!
Si acaso quieres compartir con nosotros de las maravillas de Dios, te invitamos a nuestra iglesia la cual se encuentra ubicada en la carretera 505 Km. 1.2 entrada al Barrio La Yuca, Ponce, Puerto Rico. Tembién puede llamarnos al teléfono 787-843-6400.
Dirección Postal: HC-07 Box 3992 Ponce, PR 00731-9661
Email Oficina: ibglenview@hotmail.com
Pastor Ernesto René Pereira Solá
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